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Año 2100. Reflexiones sobre el siglo XXI

Internet y la Era Digital

Internet y la Era Digital

Tras enumerar dos problemas que afectarán directamente a la supervivencia de la raza humana en el planeta (leer las dos referencias anteriores), como son la superpoblación y el cambio climático, este tercer asunto puede parecer banal y secundario, pero es tan reseñable como los anteriores. La década de los noventa vio nacer la era digital, que revolucionó totalmente el campo de las comunicaciones. Es cierto que la comunicación había dado pasos de gigante durante todo el siglo, con la invención primero del telégrafo, luego del teléfono, y más tarde de la radio y la televisión. Y los satélites de comunicaciones además permitieron que esa comunicación no conociera distancias ni fronteras. Pero la era digital ha transformado y uniformizado esa comunicación. Ahora se transportan sencillamente unos y ceros, sin importar si se trata de sonido, imagen, video, texto, etc. Los sistemas de almacenamiento digitales arrasaron en pocos años con los viejos sistemas magnéticos (cintas de cassette, VHS), empujados por el abaratamiento desenfrenado de sus costes de producción, y su reducción de tamaño. Un Gigabyte de almacenamiento era difícil de ver a comienzos de los 90, y hoy (año 2009) su coste en el mercado está rondando los 10 céntimos de euro. Diez Terabytes, que ahora caben en una caja de zapatos (repito, estoy hablando del año 2009), pueden almacenar tanta información como la que hace 20 años ocupaba un edificio entero de varias plantas. La información ya no requiere espacio físico. El ordenador personal e Internet, hijos ambos de la era digital, se convirtieron en las autopistas por las cuales acceder desde nuestros hogares a un nuevo mundo, un mundo virtual, compuesto por miles de Terabytes de información. Ese mundo es la Red Mundial Global (World Wide Web o WWW). Navegar por ese mundo virtual, dinámico, significa obtener de forma instantánea información de cualquier tipo, y también es una vía de comunicación por escrito entre personas, reemplazando a la carta ordinaria. Una carta virtual (e-mail) puede ser leída por el destinatario segundos después de que el emisor la envíe, mientras que las cartas en papel requieren una serie de acciones (ponerle un sello, echarla en un buzón) y sobre todo tardan varios días en llegar a manos del interesado. En comodidad e inmediatez la carta digital y la de papel no se pueden comparar. Otro fenómeno que ha invadido nuestro mundo de relaciones personales es la telefonía móvil. El móvil ha hecho realidad un sueño de la comunicación: poder hablar con la persona que deseas en cualquier momento, desde cualquier lugar, sin importar dónde esa persona esté, y sólo pulsando un botón. Este pequeño aparato se ha convertido en un elemento inseparable del hombre occidental. Sin él, una persona puede encontrarse ilocalizable e incomunicada, algo que para las nuevas generaciones podría ser realmente una situación incómoda. A pesar todo lo comentado, nos encontramos sólo en los inicios de la era digital. Este siglo XXI nos depara grandes sorpresas tecnológicas, sin duda.

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